viernes, 27 de julio de 2007

Nace la Panacea de María, El Cardo Mariano...

















José despertó y le contó a María el sueño en el que un ángel le revelaba que debían proseguir su camino, pues Herodes había ordenado matar a todos los niños menores de dos años en Belén y su perímetro.

María tomó a su hijo y dispuso la partida, reunió sus pocas pertenencias y emprendió con el pequeño y su esposo el viaje en borrico a Egipto.

Mientras huían y ella amamantaba al sediento y hambriento bebé, vieron a lo lejos un escuadra de sicarios del tirano que se apresuraba a darles alcance; la Virgen sabía que si descubrían al niño lo asesinarían sin miramientos, ya que esa era la orden que el cruel monarca les había dado, y destetó a su hijo desesperada buscando dónde esconderlo.

Descubrió un cardal a sus pies y decidió meter al bebé para cubrirlo con sus ramas, hojas y flores esperando que lo escondieran de las miradas de los soldados. Cuando lo metía sus senos, descubiertos por la lactancia y la prisa, recibieron de lleno las espinas de esos cardos que clavándosele los empujaron tanto que de ellos manó la blanca leche que Cristo ya no pudo mamar.

Entonces, ocurrió un milagro: el sagrado alimento de los senos de María cayó en las hojas y al salpicarlas las tiñó de blanco, y al unísono, todos los cardos de la misma especie reprodujeron el fenómeno quedando tintos de lácteas manchas, que con temor, dolor y sangre los bendijeron para siempre.

Los infanticidas jamás encontraron a Jesucristo, pero había nacido una medicina prodigiosa: El Cardo Mariano.

¡Gracias Madre de Dios, por tu milagro!
Post Escriptum: me he enterado que los restos de ese Cardo, ya doblemente milenario, se encuentran en Tierra Santa y son visitados y venerados por los romeros y turistas que por esos lugares que pisaron José, María y Jesús andan; son una reliquia más que dá testimonio irrefutable de los milagros de la Madre de Dios. Si tienes datos de este Cardo, como fotos, vídeos, croquis del lugar en donde se encuentra o algo similar, compártelo con nosotros, que te lo agradeceremos bastante. ¡Dios te Salve, Reginam Coeli! Mi correo: ivanardila@gmail.com

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