jueves, 2 de octubre de 2008

El Apocalipsis ha comenzado, el cielo se va a abrir.


El Avanzado Radiómetro Escaneador de Microondas (AMSR-E, por sus siglas en inglés), instrumento de alta resolución del satélite Aqua de la NASA, muestra el estado de los hielos del océano Ártico, los cuales se están derritiendo hacia su segundo nivel más bajo este verano, con lo que se superan registros de 2007, fuerte síntoma de los efectos del cambio climático

■ En el pasado, el fenómeno ha causado cambios drásticos del clima y extinción de especies

Descubren alarmante liberación de metano en el subsuelo Ártico

■ El gas burbujea desde el fondo del mar conforme se derrite el hielo, especulan científicos

■ La concentración puede ser de la magnitud que libera el resto de los océanos del mundo, dicen

Steve Connor (The Independent)

Científicos han descubierto pruebas iniciales de que desde el subsuelo del Ártico se liberan a la atmósfera millones de toneladas de un gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el dióxido de carbono.

The Independent ha recibido detalles de un descubrimiento preliminar que sugiere que el metano, antes encerrado en depósitos submarinos, burbujea a la superficie conforme la región ártica se calienta y el hielo retrocede.

Este fenómeno es importante porque se cree que la repentina liberación de metano ha causado en el pasado rápidos incrementos en temperaturas globales, cambios dramáticos en el clima e incluso la extinción en masa de especies.

Científicos a bordo de un barco de investigación que ha rodeado toda la costa norte de Rusia han descubierto intensas concentraciones de metano –hasta 100 veces los niveles anteriores– sobre varias zonas que cubren miles de kilómetros cuadrados de la plataforma continental siberiana.

En días pasados, los investigadores han visto zonas del mar con espuma de burbujas de gas a través de “chimeneas de metano” que se elevan desde el fondo. Creen que la capa submarina de hielo permanente, que ha servido de “tapadera” para evitar que el gas escape, se ha derretido y permite que éste se eleve desde depósitos subterráneos formados antes de la glaciación pasada.

Calculan que la cantidad de metano que se libera desde esta zona del Ártico podría igualar con facilidad todas las emisiones del resto de los océanos y han advertido que probablemente el aumento se relacione con el acelerado calentamiento que la región ha experimentado en años recientes.

El metano es unas 20 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero, y muchos científicos temen que su liberación pueda acelerar el calentamiento global, en una gigantesca retroalimentación positiva en la que más metano en la atmósfera cause temperaturas más altas, lo cual conduciría a mayor derretimiento de la capa de hielo y a la liberación de aún más metano.

Se calcula que la cantidad de este gas acumulada bajo el Ártico es mayor que la suma total del carbono atrapado en los depósitos de carbón del planeta, así que existe intenso interés en la estabilidad de esos depósitos a medida que esa región se calienta a un ritmo mayor que otros lugares del planeta.

Orjan Gustafsson, de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, uno de los líderes de la expedición describió la escala de las emisiones de metano en un intercambio de mensajes de correo electrónico desde el barco de investigación ruso Jacob Smirnitskyi.

“Tuvimos un frenético final del programa de muestreo. Encontramos una extensa zona de intensa liberación de metano. En otros lugares habíamos encontrado niveles de metano disuelto, pero en esta última jornada documentamos un campo en el que la liberación era tan intensa que el metano no tuvo tiempo de disolverse en el mar, sino que se elevaba en forma de burbujas hacia la superficie. Estas ‘chimeneas de metano’ se documentaron en el sonar y con instrumentos sísmicos”, reveló el doctor Gustafsson.

En algunas ubicaciones, las concentraciones llegaron a 100 veces los niveles anteriores. Estas anomalías se observaron en el este del mar de Siberia y en el mar de Laptev, en una extensión de decenas de miles de kilómetros cuadrados, y suman millones de toneladas de metano, indicó el científico. “Puede ser de la misma magnitud que el que se calcula en todos los océanos del globo –sostuvo–. Nadie sabe cuántas zonas más como ésa existan en las extensas plataformas submarinas del este del mar de Siberia.

“Hasta ahora se había pensado que la ‘tapadera’ de hielo en los sedimentos submarinos de la plataforma siberiana debería mantener en su lugar los enormes depósitos de metano. Los cada vez mayores indicios de liberación en esta región inaccesible apuntan a que la capa de hielo comienza a ser perforada y por lo tanto deja escapar el gas… Hemos encontrado niveles elevados en la superficie y aún más altos en las aguas cercanas a ésta. Es obvio que la fuente es el lecho marino.”

Los hallazgos preliminares del Estudio Internacional de la Plataforma Siberiana 2008, que la Unión Geofísica Estadunidense prepara para publicación, son supervisados por Igor Semiletov, de la Academia Rusa de Ciencias. De 1994 a la fecha, ha encabezado unas 10 expediciones en el mar de Laptev, pero durante la década de 1990 no detectó niveles elevados de metano. Sin embargo, a partir de 2003 ha reportado un número creciente de puntos de alta concentración del gas, los cuales se han confirmado mediante instrumentos más sensitivos a bordo del Jacob Smirnitskyi.

El doctor Smiletov ha sugerido varias posibles razones de este fenómeno, entre ellas, la descarga de un volumen cada vez mayor de agua relativamente más caliente de los ríos siberianos, a causa del derretimiento de la capa de hielo en tierra.

En su conjunto, la región ártica ha tenido una elevación de cuatro grados en su promedio de temperaturas en las décadas recientes, y una reducción dramática de la zona del océano Ártico cubierta por hielo en verano.

Muchos científicos temen que la pérdida del hielo marino pudiera acelerar la tendencia del calentamiento, porque el océano abierto absorbe más calor del Sol que la superficie reflejante de un mar cubierto de hielo.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya