martes, 14 de agosto de 2007

Mi antiviral preferido, los palitos dulces de orozuz...

UN POTENTE ANTIVÍRICO, ESPERANZA PARA MILLONES DE ENFERMOS

La medicina convencional asegura que no existen antivíricos. Una afirmación que se ha extendido entre la población pero que no se corresponde con la verdad. Porque hoy, además del ya conocido Bio-Bac -que lo es- existen otros productos de contrastada eficacia. Por ejemplo, Viusid, un producto nutricional comercializado por Laboratorios Catalysis preparado para potenciar el sistema inmunitario en todos los procesos que provocan inmunodeficiencia. Y es útil tanto en la infección por VIH como en las hepatitis de origen viral o las infecciones debidas a citomegalovirus, el herpes o la varicela Zoster.
En los últimos años son numerosos los investigadores que afirman que detrás de todos los procesos que tienen que ver con el envejecimiento, las patologías de origen vírico -incluido el desarrollo vírico del cáncer-, la manifestación de los procesos degenerativos (afecciones cardiovasculares, ictus, aterosclerosis, hipertensión, esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson, cataratas, retinitis pigmentosa, artritis...) y alteraciones fisiológicas como la osteoporosis o la diabetes están... los radicales libres. ¿Y qué son los radicales libres? Pues se trata de moléculas que contienen uno o más electrones desparejados y que cumplen importantes funciones fisiológicas en el organismo. El problema es que a veces se alteran y entonces dañan -o matan- algunas células al oxidarlas alterando el equilibrio de los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas celulares, las proteínas y su ADN (especialmente el de la mitocondria pues ésta carece de histonas y poliaminas que puedan protegerlo y su capacidad de reparación es mínima en relación con el ADN nuclear). Es decir, cuando un radical libre "roba" o "cede" un electrón a un átomo de una molécula para conseguir su propia estabilidad provoca que "su víctima" se desestabilice y se convierta en un nuevo radical libre que actuará de manera similar; y así sucesivamente produciendo reacciones en "efecto cascada" o "dominó". Reacción que continuará mientras no sea controlada con antioxidantes. En otras palabras, los antagonistas de los radicales libres son los llamados antioxidantes. Y los hay de muy distintos tipos por lo que, según sus mecanismos de acción, unas veces actúan impidiendo una excesiva formación de radicales libres, algunas neutralizando ciertos metales que se sabe son iniciadores de procesos oxidativos y otras neutralizando los compuestos de oxígeno reactivo ya formados -lo que detiene el efecto dominó de la cadena reactiva iniciada por los radicales libres-. Y si unas veces logran contrarrestar con su presencia la acción de los radicales libres en otras incluso permiten revertir parte de los daños ya ocasionados con la regeneración parcial de las lesiones orgánicas. Es decir, que el tipo de antioxidante que debe utilizarse está en función del problema o enfermedad que quiera tratarse. Cabe añadir que la producción acelerada de radicales libres se correlaciona con una disminución de los niveles de glutation en la mitocondria existiendo un equilibrio entre la velocidad del daño oxidativo del ADN y la de su reparación. También está demostrado que los radicales libres estimulan la división celular en los procesos cancerosos mientras los antioxidantes la inhiben al impedir que continúe la oxidación de las células. En suma, se dice que una célula se halla en estrés oxidativo cuando hay una alteración del balance adecuado entre los agentes oxidantes y antioxidantes en la célula. Y no sólo eso: además de alterar la célula el estrés oxidativo puede contribuir a la degradación del sistema inmune al disminuir los niveles de la enzima natural superóxido dismutasa, la principal enzima anti-radicales libres del organismo. ¿Y qué provoca su exceso? Pues las causas son variadas pero se sabe que una de las principales está en que cuando el cuerpo se moviliza para destruir los virus y bacterias invasoras en los casos de infecciones genera en el proceso una gran cantidad de radicales libres y éstos atacan a las células sanas oxidando grasas, perforando membranas y alterando el código genético hasta que esas células dejan de funcionar; algunas, incluso mueren. Claro que también absorbemos radicales libres que se generan en el exterior; por ejemplo, con el tabaco, la contaminación y los rayos solares. Y, por supuesto, con la alimentación, muy especialmente a través de los alimentos fritos.
PRINCIPALES ANTIOXIDANTES Resumiendo, para contrarrestar el daño producido por los radicales libres necesitamos antioxidantes. Y los más importantes son las vitaminas A (betacaroteno), C y E, la Glutation Peroxidasa (se trata de un aminoácido natural producido por nuestras células), los flavonoides (se trata de unos pigmentos naturales que se encuentran básicamente en la piel y en las hojas de los vegetales así como en los frutos), las antocianinas y picnogenoles -se trata de unas sustancias similares a los flavonoides y presentes sobre todo en algunas frutas (cien gramos de manzana, por ejemplo, tienen un poder antioxidante similar a 1.500 mg de vitamina C)- y el Superóxido Dismutasas (SOD) -una potente enzima-. También tienen capacidad antioxidante, aunque algo menor, las vitaminas B3 (niacina), B6 (piridoxina), B8 (ácido fólico) y B12 (cianocolabamina) así como el Gingko Biloba y la co-enzima Q-10. Somera lista a la que podemos añadir algunos elementos minerales entre los que merecen destacarse el cromo, el zinc, el germanio, el selenio, el calcio y el magnesio. Los antioxidantes, en suma, son grandes aliados de nuestra salud, pero... ¡ojo! porque su administración no está exenta de riesgos. Porque, paradójicamente, el efecto prooxidante de algunos antioxidantes está ampliamente documentada. Es el caso de la cisteína que durante su oxidación genera radicales libres. O el del betacaroteno cuya administración a fumadores aumenta la incidencia del cáncer de pulmón. El exceso de vitamina E, por su parte, disminuye la respuesta aguda de los neutrófilos durante el ejercicio físico en la vejez. De ahí que la administración de dosis elevadas de antioxidantes deba realizarse con precaución.
EL VIUSID Pues bien, uno de los preparados actualmente considerados de mayor eficacia antioxidante y antivírica es el Viusid, un compuesto capaz -según afirman los investigadores de Catalysis, el laboratorio que lo comercializa- de elevar las defensas del organismo y reducir tanto los desastrosos efectos destructivos de los virus como de los radicales libres producidos por el estrés oxidativo al inducir al sistema inmune a resolver él mismo la infección viral. Sólo que no se trata de un mero complejo más que lleva antioxidantes sino que incorpora un conjunto de los antioxidantes específicos que se precisan para combatir una serie de virus concretos -los responsables de las hepatitis B y C, la fibrosis pulmonar, la gastroenteritis, la mononucleosis, la tuberculosis e, Incluso, el Sida- y cuyo poder ha sido aumentado hasta miles de veces mediante un proceso de activación molecular con electricidad. Algo que, según sus fabricantes, permite a esos antioxidantes específicos activados actuar como inhibidores oxidativos bloqueando no sólo el estrés oxidativo sino también la degradación del sistema inmunitario y la replicación viral. Y hay que decir desde el principio que todos los compuestos que integran la formulación de este preparado nutricional diseñado para el aumento de las defensas se encuentran de forma natural en el organismo humano y, por tanto, no se han detectado ni efectos secundarios -salvo alguna molestia abdominal que se resuelve antes de las dos primeras semanas de administración- ni toxicidad alguna después de su uso. Y esos compuestos son: -Tres aminoácidos: la glucosamina, la arginina y la glicina. -Tres conocidos antioxidantes: el ácido ascórbico (vitamina C), el ácido málico (sustancia orgánica presente en las frutas ácidas) y el sulfato de zinc. -Cuatro vitaminas del complejo B: la B5 (en su forma de pantonetato cálcico), la B6 (en su forma de piridoxal), la B9 (ácido fólico) y la B12 (en su forma de cianocobalamina). Y, finalmente, -Ácido glicirricínico, un producto natural extraído de la raíz del regaliz de constatado efecto antiinflamatorio -por inhibir la producción del PGE- y antiulceroso que posee además una gran capacidad antioxidante -de similar nivel que el Galato de Epigalocatequina- y que incrementa la síntesis de interferón al estimular su actividad. Y lo más importante: posee una potente acción antiviral frente a los virus RNA y DNA, incluido el VIH causante del Sida. Ahora bien, ¿por qué esos antioxidantes y no otros? ¿Y por qué Viusid no ha incorporado varios más a fin de hacer la fórmula más efectiva? El doctor A. González, investigador de Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y colaborador del departamento científico de Catalysis, lo explica. Y es que, según él, conviene saber que: 1) La capacidad antioxidante de una mezcla de antioxidantes no la da la suma de todos ellos sino que la determina la del compuesto con mayor poder antioxidante. 2) No existe sinergia en una mezcla de distintos tipos de antioxidantes aunque se pueda detectar sinergismo en su actividad biológica. 3) Al estudiarse la actividad biológica de cada antioxidante se han observado que cada uno de ellos tiene unas concentraciones óptimas y específicas que le son propias. 4) En una mezcla de antioxidantes la actividad biológica no es proporcional a su capacidad antioxidante. 5) La actividad biológica de una mezcla de antioxidantes depende del límite de incompatibilidades químicas. 6) La actividad biológica de un antioxidante depende fundamentalmente de su concentración, solubilidad, peso molecular, número de grupos reductores, naturaleza y posición molecular de los mismos, capacidad antioxidante, estructura química, niveles de reducción y pH. Y, 7) Los distintos tipos de antioxidantes tienen diferentes mecanismos de acción y ello implica que cada uno es específico para cada tipo de enfermedad. En suma, hay que utilizar para cada patología los antioxidantes adecuados a la misma y no otros. Y en la proporción y cantidad justas. Además, no por mezclar más antioxidantes se consigue mayor capacidad antioxidante.
LA ACTIVACIÓN MOLECULAR Llegados a este punto imagino que el lector se preguntará -como hicimos nosotros- qué hace que Viusid sea mucho más efectivo que otros compuestos naturales similares. Y la respuesta que obtuvimos fue que ello se debe al singular proceso de activación molecular desarrollado por Catálisis y que consiste en someter las moléculas tratadas a un determinado campo eléctrico durante un tiempo calculado previamente y en unas condiciones específicas para cada tipo de molécula, estudiando previamente los parámetros físico-químicos más adecuados a cada caso. Según el antes mencionado doctor González, el procedimiento de "activación molecular" aplicado a los componentes de este preparado consigue incrementar la capacidad antioxidante y la actividad biológica de las moléculas antioxidantes así como las de todas aquellas que contienen grupos carboxilo en su estructura. Y lo hace sin modificar su estructura básica ni alterar la ausencia de toxicidad. De hecho, afirma que la actividad antiviral puede ser potenciada hasta 10.000 veces en algunas moléculas. Así ha ocurrido, por ejemplo, frente a virus como el herpes (en ensayos "in vitro"). Asimismo se ha observado que la vitamina B12, al ser sometida a este proceso, da lugar a un mayor y más rápido crecimiento de las células animales consiguiéndose mejores resultados en el peso de los animales tratados en los ensayos.
ESTUDIOS CLÍNICOS Obviamente, se han realizado numerosos estudios clínicos con Viusid probándolo frente a distintos tipos de virus como el herpes genital, el papiloma, el herpes labial, el herpes Zoster, la mononucleosis, las hepatitis B y C y las infecciones por el VIH o virus del Sida. Y en todos los casos se constató una notable mejoría en la salud con aumento de las defensas de los pacientes en corto espacio de tiempo así como reducción de su carga viral (incluso en los portadores de VIH). Habiendo desaparecido el virus responsable en muchos casos (vea los recuadros con los ensayos clínicos para un mayor detalle). En todo caso, los trabajos realizados no son aún suficientes para su aprobación como medicamento. Eso llevará su tiempo. De ahí que hoy sólo sea posible su comercialización como complemento nutricional. Y como en estos momentos está prohibido que cualquier producto alegue propiedades terapéuticas si no ha adquirido la condición legal de medicamento el lector podrá encontrar Viusid en las farmacias de medio mundo... sin poder enterarse para qué sirve. Una situación esperpéntica que, al igual que con este producto, sucede ya con muchos más cuyas propiedades terapéuticas están constatadas.
José Antonio Campoy

EL VIUSID Y LA HEPATITIS El primer estudio clínico para el tratamiento de la hepatitis B con Viusid se publicó en febrero de 2001 y se llevó a cabo en la Academia de Ciencias del Instituto de Inmunología de la República de Uzbekistán por los doctores Khakimova, Grigoryants, Avazova, Khegai y Ruzybakiev. El ensayo se hizo con 40 pacientes (22 niños y 18 adultos) afectados por esta patología -todos dieron positivo en los análisis de PCR (método para medir la carga viral)- a los que durante 3 meses se les suministró diferentes dosis diarias (en monoterapia, sin ningún otro fármaco más). Pues bien, al mes de tomarlo sólo se encontró el antígeno de la hepatitis B en la sangre de 4 enfermos, no en el resto. Y a los tres meses se constató mediante nuevos análisis de PCR que sólo 5 daban aún positivo mientras en 33 no se detectó la presencia del virus. Comprobándose también que las defensas del sistema inmune (CD3, CD4, CD8, CD16, CD20 y PAN) habían subido en todos los casos. Ante su clara eficacia el estudio clínico se ampliaría de 6 a 12 meses. Paralelamente -entre abril y octubre de ese mismo año- se hizo otro estudio clínico en el Instituto Nacional de Enfermedades Contagiosas de Bucarest (Rumanía) pero en este caso tratando hepatitis agudas y crónicas B, C, B+C y B+D (algunos con cirrosis hepática). El doctor Mircea Chiotan, director del estudio, trató sólo con Viusid a 50 de esos pacientes mientras a los 30 que componían el grupo de control se les dio un tratamiento combinado de Interferon, Ribavirina y Lamivudina. En cuanto a los resultados, se observó en quienes habían recibido sólo Viusid una buena tolerancia con mejoría rápida de los parámetros clínicos. Hubo dos posteriores estudios llevados a cabo en pacientes que padecían sólo Hepatitis C Crónica. El primero de ellos se desarrolló en el Centro de Infectología de Letonia -fue publicado en enero del 2003- por la Dra. Ludmila Viksna con 30 pacientes a los cuales se les dio Viusid con un placebo lo que permitió constatar su ausencia de toxicidad y efectos secundarios negativos así como la mejoría del estado de todos los pacientes con desaparición de los dolores. El segundo de los estudios se llevó a cabo en la Universidad Estatal de Medicina de Rusia, fue publicado en mayo del 2003 y en él participaron los doctores Zharov, Luchsher, Pomazanov y Rabinovich. Fueron controlados 54 enfermos durante 3 meses. A 12 se le trató sólo con Viusid, a 10 sólo con Raeferón (alfa-interferon), a 21 con Viusid y Raeferón y a 15 con protectores hepáticos, vitaminas, enzimas y antiespasmódicos. Los resultados mostraron que los pacientes que tomaron sólo Viusid mejoraron más rápidamente que los del grupo de control desapareciendo las náuseas y la flaqueza y recuperando el apetito. En quienes además de Viusid tomaron simultáneamente Raeferón el nivel de transaminasas se normalizó tres veces más rápido que en quienes fueron tratados sólo con Raeferón siendo dos veces más rápida la eliminación del virus. Y además, los negativos efectos secundarios del Raeferón prácticamente desaparecieron. Cabe añadir que se está efectuando en estos momentos un nuevo estudio de 48 semanas con 80 enfermos de Hepatitis Crónica C en el Departamento de Hepatología del Instituto Nacional de Gastroenterología de la Habana (Cuba).

EL VIUSID Y EL VIRUS DEL SIDA La eficacia del Viusid ha sido probada por Catalysis en pacientes portadores del VIH -virus responsable de la enfermedad que conocemos como Sida- en España, Rusia y Kenia. Y los resultados demuestran que la carga viral de los enfermos tras 3 meses de tratamiento con el producto se redujeron en 15 de los 18 enfermos de nuestro país (un 83,33%), en 39 de 50 en Rusia (el 78%) y en 21 de 34 en Kenia (el 61,75%). El porcentaje de inhibición viral fue del 32,6% en España, del 30% en Rusia y del 54,9% en Kenia. En la gran mayoría de los casos no sólo se redujo significativamente la carga viral a los pocos meses de tratamiento sino que aumentaron los linfocitos CD4. También se ha efectuado un estudio con 18 pacientes para comprobar la eficacia del Viusid si se combinaba el producto con tratamiento homeopático. Desarrollado por el doctor Luis Moral Parras en la zona alicantina de Benidorm éste ha deducido "una respuesta positiva en la recuperación de los marcadores inmunológicos elevándose tanto los CD4 como el cociente CD4/CD8". Observándose una mayor mejoría general entre quienes también siguieron el tratamiento homeopático. Cabe añadir que en estos momentos se está efectuando un estudio con 35 niños infectados por el VIH en el madrileño Hospital General Universitario Gregorio Marañón bajo la dirección de Mª Luisa Navarro -investigador clínico principal- y Mª Angeles Muñoz Fernández -investigador de laboratorio- que se inició en julio del pasado año 2003.